domingo, 24 de octubre de 2010
Trato de seguir adelante, pero a veces es tan difícil. Hay momentos en los que me encantaría poder vivir encerrada en mi habitación, con mi música y mis elementos favoritos, sin tener en cuenta todo lo que está pasando afuera, sin tener en cuenta a nadie ni lo que piense de mí. Pero es entonces cuando la alarma suena y acá estoy otra vez, viendo qué puedo hacer para terminar ese día lo menos rota posible. Hoy me dijeron que todo tiene que ver con mi falta de autoestima. Y es así, no es ninguna novedad que no creo en mí. Es principalmente por eso que no creo en nadie ni en nada. No creo que haya algo bueno para mí, no creo que viva lo suficiente como para decir el día que me muera: ¡Qué buena vida!, no creo, no creo.
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